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El Patio de Butacas Take Away, Delivery.

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EL “CUENTO” DEL TAKE AWAY, DELIVERY Y READY TO GO

El patio de Butacas Durante años nos hemos molestado mucho en crear espacios originales donde el cliente pudiera disfrutar de una experiencia nueva. Ahora, de repente, nos vemos obligados a crear productos que la gente se lleve a su casa donde perdemos parte de nuestra atmósfera ideal, escenario del espectáculo, la hospitalidad y el romanticismo propio de nuestros locales.

Catorce de marzo de dos mil veinte los locales de hostelería nos vemos obligados a cerrar por la pandemia y durante un tiempo ya nada vuelve a ser lo mismo. Cierres, reducción de aforos, restricciones horarias, … esta es nuestra nueva vida.

Nuestros nombres son Tania López y Alberto Díaz creadores de El Patio de Butacas, una pequeña coctelería situada en Pola de Siero, un pueblo en el corazón de Asturias. Creamos nuestro pequeño hogar en agosto de 2018 y en él hemos invertido muchos recursos económicos, muchas horas, mucho sudor, muchas lágrimas… pero sobre todo le hemos puesto nuestro alma a cada labor de esta CASA. en todo momento y en cada acción que hemos llevado a cabo.

Ahora vamos al grano, a contaros el por qué de estas líneas por el motivo que escribimos estas líneas.

Cuando en marzo de dos mil veinte cerramos nuestras puertas por lo que todos ya sabemos lo primero que tuvimos fue miedo, y lo segundo que no podíamos perder el contacto con nuestros clientes a través de nuestra vía más eficaz: las redes sociales.

El patio de ButacasTras tener esto claro, pusimos en marcha nuestra primera acción: lanzamos al mercado “La Peregrina”, una compuesta a base de vermú que era uno de nuestros cócteles más representativos, no sólo por su sabor ni su presentación, si no porque tiene historia: gran parte real y otra parte ficticia que le da ese carácter romántico que tanto nos gusta. Era obvio que no podíamos perder nuestras señas de identidad: calidad de producto, cuidado de los detalles, sostenibilidad, creación de una atmósfera, … Con todo esto llevamos a cabo las siguientes acciones:

  • Todo el packaging (cajas de cartón, botellas de vidrio, etiquetas de papel, posavasos de cartón, …) debía ser reciclable, reusable o reutilizable.
  • Todos nuestros proveedores debían de ser de cercanía.
  • Cada detalle debía estar cuidado al máximo, desde la colocación de la botella dentro de la caja hasta el color del papel donde se contaba la historia de La Peregrina.

Tras todas estas acciones nos faltaba una parte muy importante, ¿Cómo llegar nuestros clientes? Con la prohibición de apertura no podíamos funcionar como punto de venta y tampoco podíamos repartir a domicilio porque no estaba entre nuestras actividades económicas. Las empresas de reparto en casco urbano más habituales no funcionan en nuestra localidad ya que la población es de tan solo 10.000 habitantes y de nuevo tuvimos que estrujar nuestro cerebro.

Nos fuimos a ver a un amigo que tiene un bar tienda llamado “La Tiendina de Marce” que se sitúa a unos 30 metros de nuestro local y que con la llegada de la pandemia se había dedicado en exclusiva a su condición de establecimiento de alimentación. Todo fueron facilidades y nuestra compuesta ya tenía punto de venta físico. Habíamos creado una sinergia con un comercio cercano y esa era otra cosa que nos encantaba.

Un jueves cualquiera de abril lanzamos nuestra primera tirada, la friolera de 24 botellas nos da hasta la risa. Se las llevamos a Marce y lo anunciamos en nuestras redes sociales. Éramos felices, habíamos conseguido lanzar al mercado nuestra compuesta y ya habíamos cumplido el objetivo, estábamos cerca de nuestros clientes. A las 21:00 de ese mismo día recibimos una llamada de teléfono, La Peregrina se había agotado. Con toda la ilusión del mundo volvemos a producir otra tanda con la enorme suerte de que en un día, de nuevo, se había vuelto a agotar y empiezan los problemas.

Se nos acaba uno de los ingredientes fundamentales y nuestro proveedor habitual no dispone de más cantidad, pero nos dice que no nos preocupemos que él se busca la vida y que en menos de un día lo tenemos en el local. Con el conflicto solucionado, el resultado de nuestros primeros cuatro días fueron 100 compuestas vendidas, todo un éxito para nosotros.

Las sinergias volvieron a surgir cuando un amigo como Aitor Vega, uno de los mejores maestros queseros de España, se pone en contacto con nosotros y nos dice que quiere enviar nuestra compuesta dentro de una caja de quesos que envía a toda España y nos encarga 150 unidades. También nos ayudaron personas influyentes dentro del mundo de la coctelería y los vinos como José Guio, Borja Cortina, François Monti, Juan Luis García… que a través de sus redes sociales le dieron visibilidad a nuestros producto, y de lo cual les estaremos eternamente agradecidos.

Gracias a familiares, amigos y clientes habituales (¡y nuevos!) acabamos el confinamiento con un balance de más de mil peregrinas vendidas.

Lunes dos de noviembre de dos mil veinte, el Presidente del Principado de Asturias decreta de nuevo el cierre de la hostelería. ¡¡¡Volvemos atrás!!!

De nuevo nuestras ideas están muy claras, no podemos ni perder el contacto con nuestros clientes ni la visibilidad en redes sociales.

Hacía más de un mes que veíamos venir el cierre de nuestra actividad de nuevo y con una idea ya concebida en el mes de mayo nos lanzamos al mercado con nuestro plan.

Habíamos desarrollado una experiencia y queríamos que la gente la viviera en sus casas: creamos nuestra “Cocktail Box” de la sesión vermú.

Cuatro combinaciones de vermú, unas aceitunas gazpachadas, unos cacahuetes, decoraciones, posavasos… todo lo necesario para disfrutar de una sesión vermú en pareja, para regalar a un amigo o familiar al que no podías ver o simplemente para darse un homenaje.

Debido a un retraso en la programación de nuestra pagina web nos vemos obligados a lanzar nuestro producto a través de redes sociales. El lanzamiento es un miércoles y ese mismo día empiezan a llegar pedidos. El jueves llegan más encargos y el viernes nos vemos sobrepasados, no sólo por los encargos si no porque compaginamos nuestro trabajo de bartenders con el de ayudantes de cocina en otro de nuestros locales La Loca del Moño, cosas de la pandemia.  Nos pasamos día y noche trabajando y conseguimos sacar adelante “casi” todos los pedidos, alguno tuvo que ser aplazado una semana.

Y llegó el momento de las conclusiones:

La visibilidad y repercusión social alcanzó y superó nuestras expectativas gracias a la prensa, la radio y la televisión.

La satisfacción personal que sentimos es brutal: disfrutamos con nuestro trabajo, nos emocionan los mensajes de clientes cotidianos y las muestras de cariño de los nuevos.

Los resultados económicos: malos. Aunque la venta online es una gran fuente de ingresos 2.0 (seguidores, mensajes, sinergias, nuevos contactos, proveedores…), no son los suficientes para cubrir gastos 1.0 (rentas, pedidos, contratos, empleados…).

En definitiva, y para acabar nos gustaría apoyarnos en una afirmación de Carlos Moreno “Nunca tengas un plan B, porque si tienes un plan B es porque piensas que el plan A puede fracasar”. Como ya exponíamos al principio del artículo no hemos invertido todas nuestras energías en darle carácter y romanticismo a nuestro concepto y a nuestro local para que al final la venta a domicilio sea el centro de nuestro negocio: nuestro take away no tendría sentido si anteriormente “El Patio de Butacas” no hubiera existido.

Nos vemos en los bares.

Fdo. Tania López (@tanitestes) y Alberto Díaz (@berto_elpatio) desde El Patio de Butacas (@elpatiodebutacas)

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