La Maison marcó un hito en la historia al convertirse en la primera empresa del sector en obtener la certificación Haute Valeur Environnementale (HVE), un reconocimiento otorgado por el Ministerio de Agricultura francés
La Maison Rémy Martin atesora una dedicación inquebrantable con la excelencia y tradición en la elaboración de coñac, pero también con la sostenibilidad y la preservación de su legado. Louis XIII, la referencia más exclusiva de la casa, encarna esta visión a través del respeto por el saber hacer ancestral y la protección del terruño de Grande Champagne.
Louis XIII fue creado en 1874 bajo la filosofía de salvaguardar el futuro y preservar su herencia para las generaciones venideras. Los valores fundamentales del tiempo, el savoir-faire y el terruño se entrelazan para dar forma a la identidad única de este exclusivo coñac, convirtiéndose en el eje central de su compromiso con la sostenibilidad. Esto se traduce en una serie de iniciativas innovadoras que no solo aseguran la longevidad del líquido, sino también la conservación de su entorno natural.
Se trata de un coñac de color caoba, con aroma floral a jazmín y azafrán combinado con fragancias especiadas que evocan la mirra, la miel, las rosas secas, la madreselva y frutas exóticas como la ciruela y la fruta de la pasión. En boca, sorprende el sabor a sutiles notas de higo y sándalo.
Pioneros en la agricultura responsable
En 2012, la Maison marcó un hito en la historia del coñac al convertirse en la primera empresa del sector en obtener la certificación Haute Valeur Environnementale (HVE), un reconocimiento otorgado por el Ministerio de Agricultura francés que promueve prácticas agrícolas responsables. Este enfoque abarca la biodiversidad, la gestión de recursos y la reducción del impacto ambiental. Así, en 2020, el 100% de las tierras de sus viticultores asociados ya seguían los principios HVE, y el objetivo a largo plazo es que para 2028, todos los miembros de su cooperativa alcancen esta certificación.
Con el objetivo de mitigar los efectos de enfermedades que afectan a las vides y explorar nuevas formas de cultivo más resilientes y consciente de los desafíos que el cambio climático plantea para el futuro del coñac, la Maison Rémy Martin ha invertido en investigación y desarrollo en colaboración con organismos científicos como el INRAE y el BNIC. Como parte de este esfuerzo, se han plantado miles de vides resistentes a enfermedades y se han implementado innovadoras técnicas de manejo del suelo, subrayando el compromiso de la casa con la sostenibilidad a largo plazo.
Preservar una artesanía milenaria
Una de las joyas fundamentales en el proceso de creación de Louis XIII son los tierçons, las barricas centenarias hechas a mano con roble francés que durante años contribuyen al desarrollo aromático incomparable de este coñac. Con el paso del tiempo, la técnica ancestral de fabricación de estas barricas se había perdido, pero en 2012, el maestro bodeguero de Louis XIII, Baptiste Loiseau, se propuso revivir esta tradición olvidada. Gracias a su dedicación y en colaboración con la tonelería Seguin Moreau, lograron fabricar los primeros nuevos tierçons en 2017, asegurando así la continuidad de esta herencia para el futuro donde el coñac madura y adquiere su complejidad única.
El proceso de crear un tierçon, que comienza con el lento crecimiento de los robles en los bosques de Lemosín, refleja el ciclo interminable del tiempo para Louis XIII. Este saber hacer excepcional y el compromiso de la Maison Rémy Martin con la sostenibilidad garantizan que, a medida que cada tierçon madura, también lo haga el legado de su coñac más distintivo.
Se trata de un meticuloso proceso, que abarca desde 150 a 180 años, y simboliza la profunda conexión entre el tiempo, la naturaleza y el arte de crear un coñac único. Cada tierçon cuenta una historia de paciencia y dedicación, y su legado se entrelaza con el de los futuros maestros bodegueros, quienes continuarán con esta noble tradición.
Louis XIII no solo es un testimonio de la maestría artesanal y la excelencia en la elaboración del coñac, sino también un símbolo de responsabilidad y conciencia ambiental. El compromiso de Maison Rémy Martin con la sostenibilidad asegura que su legado no solo perdure en el tiempo, sino que lo haga con respeto hacia la tierra y el entorno natural que lo hacen posible.
