Cuando decimos que el Sherry está de moda, no es porque lo andaluz está de moda, o porque el hashtag #sherrylover sea trending topic cada cierto tiempo, es porque pertenece a la historia como cultura y como esencia de algo único.
Términos como bota, vides o casks están siendo cada vez más utilizados por los clientes finales en bares y restaurantes debido a la implicación del mismo en la experiencia Sherry y lo que implica formar parte de la historia detenida. Decimos historia detenida ya que sin el factor tiempo, la producción de Sherry no tendría su valía y su diferenciación en el mercado. Y esa es su gran fortaleza.
Envejecer en Sherry Casks es un viaje de aromas, sabores y elementos que transportan cualquier destilado a lo inimaginable. Whiskies, rones y ginebras son los destilados más conocidos que buscan en la bota de Jerez formar parte de una cultura y de un origen que no podrían conseguir en sus propios alambiques.
El castaño, el pino, el roble forman parte de la industria tonelera y de vino de Jerez desde el siglo XIX. Botas que se transportaban con cualquier contenido llenaron el mercado británico y se afianzaron como la industria vinatera más fuerte de importación en ese país bajo las firmas de nombres como: González Byass, Fundador Pedro Domecq, Harveys, Williams & Humbert, Sandeman, etc. El éxito de su aroma y el color aportado por las botas permitieron experimentar. Esto no era nada novedoso aquí en España, ya que las botas envinadas en vinos de Jerez eran utilizadas para el envejecimiento de aguardientes del vino, lo que daría lugar a la maravillosa categoría del BRANDY de JEREZ.
Los maravillosos e intensos olores y sabores que desprenden los vinos de Jerez de esas botas otorgan a destilados como el whisky un plus en su terminación como producto, además de un carácter del que carecían antes de su paso por ellas.
La materia prima y el descanso
El BRANDY de JEREZ es una bebida con más historia de nuestro país y que se ha ido adaptando a todas las generaciones de las distintas épocas. La gran diferencia con el resto de las bebidas espirituosas es la materia prima con la que se destila, el vino. Pues el whisky destila malta fermentada de cereales, el ron de la fermentación del jugo de caña o de la melaza, el vodka de la fermentación de granos ricos en almidón (centeno, grano, patata o remolacha)…
Del aguardiente al corazón del Brandy hay una serie de elementos y procesos que construyen el carácter después de su destilación. Se puede pasar de graduaciones de alcohol altas, medias y bajas con procesos técnicos laboriosos, pero, en definitiva, lo que le da valor son el paso que le aporta ese Efecto Sherry. La conjunción de unos toneles de madera magistralmente fabricados y un perfecto envinado con vinos del Marco de Jerez da lugar a un contenedor sin igual: la bota jerezana envinada o “Sherry Casks”.
Otra parte fundamental es el envejecimiento, en el cual el BRANDY DE JEREZ recurre al sistema de Criaderas y Solera. Este proceso establece distintas escalas de envejecimiento (Criaderas) por las que va pasando el aguardiente hasta alcanzar el nivel deseado de vejez. El sistema consiste en realizar extracciones periódicas denominadas “sacas” de una parte del Brandy contenido en las vasijas y reponerlo en las barricas más jóvenes, denominado “rocío”. La escala final de envejecimiento se denomina Solera.
Para que los aguardientes adquieran las características genuinas complejidad, suavidad y finura hace falta algo imprescindible: el tiempo. En función del tiempo de envejecimiento podemos diferenciar 3 tipos:
Brandy de Jerez Solera: el más joven, afrutado con un envejecimiento mínimo de 6 meses.
Brandy de Jerez Solera Reserva: el tiempo promedio de envejecimiento es de un año.
Brandy de Jerez Solera Gran Reserva: es el de mayor envejecimiento. Aquí la normativa exige un mínimo de 3 años, aunque se exceden estos valores a 8 y 12 años.
Estos tres tipos de Brandies podemos encontrarlos entre los productos de la bodega más antigua del Marco de Jerez, Bodegas Fundador. Orgullosas de ser las pioneras en la elaboración de este destilado cuenta con un amplio portfolio en el que destacan nombres como Fundador Supremo o Fundador Sherry Cask Solera.
En cuanto a la forma de consumo, los amantes de esta categoría pueden disfrutarlo solo, con hielo o en combinados con Coca Cola o Ginger Ale, entre otros.
En coctelería también lo podemos disfrutar en un Horse Neck, Alexander, Sidecar, o en cualquier creación “cóctel de autor” que vosotros queráis preparar a vuestros clientes.
La historia y la tradición vuelven a la carga y se instalan en la tendencia de tragos actuales y nuevas formas de beber Brandy, adaptándose a nuevas generaciones para mantener el legado que la categoría Brandy de Jerez posee. El aumento de la visibilidad del Brandy en bares y su redescubrimiento como bebida excepcional, están creando una tendencia de #sherrylovers que en definitiva es muy positiva y pone a la historia en el lugar que merece.
¡Larga vida al Brandy!