¿Cómo se llamaba la hormona de la felicidad? Ah, sí; serotonina. No es un “gen” de la felicidad, pero sí una “gin”: Gin Zeeland, con “efecto serotonic”.
Entrado por fin el buen tiempo, el cuerpo comienza a mostrar los primeros síntomas de embriaguez primaveral; queremos salir después de comer a tomarnos algo al solecito, caminar por la playa (aquellos que tengan la suerte de estar en la costa), recuperar aquella conversación pendiente con la amiga a la que no ves desde hace semanas…
Cada cosa a su tiempo, y para gustos los colores, pero hasta los más fans del invierno, no pueden negar el placer de estar sentado en una mañana soleada, con la brisa acariciándonos las mejillas y la sensación de (aunque sea durante unos instantes) que todos nuestros problemas desaparecen.
Sin embargo, hay una cosa en la que todos coincidimos y puedes hacer tanto solo como acompañado. Por qué no hay nada que se disfrute más con el calor, que tomarse algo fresquito, y en nuestro caso es un gin tonic de Gin Zeeland; nada nos gusta más a los valencianos que notar los sabores cítricos de la naranja en casi cualquier cosa.
Esta ginebra seca cuenta con 8 botánicos, creando un equilibrio perfecto para conseguir esa armonía que la hace refrescante, aromática y suave.
La composición consigue aportar identidad propia sin eclipsar al verdadero protagonista: el enebro.
Y estamos tan convencidos de esta fórmula, que hemos decidido acuñar este fenómeno de felicidad que te invade cuando bebes tu gin tonic de Gin Zeeland como: Serotonic.
Así que, solo o acompañado disfruta de tu dosis de serotonina, pero también de serotonic para darle el recibimiento que se merece al buen tiempo. ¡Chín chin!