Con la mirada puesta en el futuro y el compromiso de revalorizar su origen, González Byass da la bienvenida a Elisa, un vino blanco de albariza que reafirma el liderazgo de una categoría en pleno desarrollo. Con este vino, la Familia celebra su 190 aniversario rindiendo homenaje a su historia y a su tierra.
En un contexto de creciente interés por los vinos blancos del Marco de Jerez, Elisa refleja la apuesta de González Byass por poner en valor el viñedo y su identidad. Así, la bodega se une a la filosofía de los Vinos de Pasto, que celebran el regreso a las raíces y la esencia del viñedo, recuperando la tradición de elaborar vinos en la región.
Elisa es un vino elegante y fresco, elaborado exclusivamente con la variedad Palomino Fino, procedente de la Viña Dulce Nombre y cultivada de forma ecológica en el emblemático Pago de Carrascal. Vendimiado a mano y envejecido en botas de doble envinado, primero con Oloroso y, después, con Amontillado, esta primera añada de 2024 se presenta como un Single Vineyard, reflejando su origen de tierra albariza.
Rafael Arnedo Bedoya, enólogo y jefe de los laboratorios de Microbiología y Control en González Byass describe a Elisa como “un vino que nace del alma de Jerez y muestra nuestra forma de entender la tierra y el vino. Este lanzamiento refleja el compromiso de la bodega con la sostenibilidad, la excelencia enológica y la valorización del suelo de albariza, aportando una nueva voz a los vinos blancos del Marco de Jerez”.
La singularidad de Elisa también reside en su crianza bajo velo de flor, estilo de crianza tradicional, un método muy arraigado en Jerez, y en plena expansión, que aporta profundidad y complejidad, situando este vino como una expresión contemporánea de una técnica centenaria. Por sus características, marida a la perfección con mariscos, pescados, quesos suaves y platos de cocina mediterránea.
