En los últimos 10 años la producción de latas de bebidas ha reducido su impacto ambiental al menos un 31% gracias al aligeramiento de su peso.
El día de San Patricio está a la vuelta de la esquina, una jornada en la que la tradición dicta vestirse de verde y disfrutar de unas buenas cervezas en la mejor compañía. Unas costumbres que se remontan a 1914 en Estados Unidos, cuando un doctor con ascendencia irlandesa llamado Thomas Hayes Curtin asiste a una celebración de San Patricio en un club social ubicado en el barrio del Bronx. Prendas y decoraciones del color de la esperanza, canciones irlandesas y mucha cerveza podían encontrarse en el local. Pero ¿cómo se popularizo esta festividad? Un periodista se hizo eco del evento y escribió un breve reportaje en el periódico The Evening Independent.
A partir de este momento, la cerveza y el color verde se han convertido en los principales protagonistas de esta jornada en todo el mundo, pero lo que muchos no saben es que la lata de cerveza, tal y como la conocemos ahora, no llegó hasta muchos años después…
#SabíasQue
La cerveza fue la primera bebida que se envasó en lata en el mundo. La primera marca que apostó por la lata de aluminio para envasar su producto fue Krueger, una pequeña cervecera americana en 1935.
En España, la primera lata de aluminio también llegó de la mano de una cervecera en el año 1966. Cervezas Cruz Blanca (Girona) introduzco por primera vez la lata de aluminio en el mercado español, con el lanzamiento de una nueva marca llamada “Skol International Lager”.
La anilla de la lata de aluminio se lanzó en 1988 con el objetivo de facilitar el reciclaje al convertirse en un envase monomaterial. Anteriormente la anilla era extraíble y no permanecía fija en la tapa.
La innovación y la tecnología en la producción de latas de bebidas ha sido constante a lo largo de la historia. Las primeras latas de bebidas pesaban más de 100 gramos, en la actualidad su peso se ha reducido hasta alcanzar los 13 gramos, convirtiéndose en un envase fácil de transportar.
A pesar de ser un producto cuya lámina de aluminio es más final que la de un cabello humano, las latas de aluminio son capaces de soportar una presión superior a la de un neumático de vehículo.
“Desde Ball, como fabricante líder de latas de bebidas en todo el mundo, apostamos por la innovación para seguir haciendo de la lata de aluminio el envase más sostenible sin dejar de multiplicar las opciones para las marcas de bebida. La tecnología juega un papel fundamental en la producción de las latas de aluminio, y queda latente a lo largo de la historia. Se pueden destacar hitos como el formato de la primera lata con tapón de corona, que acabó evolucionando en un envase formado por dos piezas, ahorrando muchos costes de producción y energía. Además, la lata de aluminio cuenta con multitud de posibilidades en su personalización gracias a los avances de la impresión láser”, declara Myriam Galmés, Directora Comercial de Ball para Europa del Sur.
Una bebida envasada en lata de aluminio desde hace décadas
No es casualidad que lata de aluminio y la cerveza formen un tándem perfecto desde hace décadas. La lata de aluminio actúa como barrera contra la luz, y contribuye a que la bebida se enfríe más rápido y conserve esa temperatura más tiempo. Una característica especialmente valorada en el caso de la cerveza, que, en los países mediterráneos como España, se suele consumir fría y acompañada de algo de comer.
Además, la lata de aluminio mantiene mejor las propiedades de la bebida en su interior, lo que ayuda a los cerveceros a disfrutar los matices y sabores de todos los tipos de cerveza, desde la tradicional lager Pilsen, hasta las cervezas de alta fermentación como las IPA, ale o negras. Todo ello en un envase que puede reciclarse infinitamente sin perder calidad en el proceso y con independencia de su tamaño, diseño o color. Ya sea verde como San Patricio o de cualquier otra gama cromática, la lata de aluminio es el envase más sostenible para brindar este 17 de marzo.
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