Si esta época del año tiene un protagonista cervecero indiscutible, éste es el estilo Pumpkin ale, o cerveza de calabaza.
Una tradición norteamericana que, como muchas otras, el resto del mundo ha acogido como suya. Son cervezas que se fabrican una vez al año y que hacen que todos los lugares especializados tengan su oferta, sobre todo para la noche de Halloween.
Es, sin embargo, un estilo muy desconocido para el público general, y merece la pena contar un poco el porqué apareció y cómo es eso de cerveza “de calabaza”
Breve historia de la Pumpkin Ale
Durante el siglo XVIII, los colonos ingleses que llegaban al continente americano llevaron por supuesto muchas de sus costumbres, entre ellas la de fabricar cerveza. No obstante, no resultaba fácil encontrar allí ingredientes de calidad, bien por escasez o por lo elevado de su coste.
Para fabricar la cerveza, la levadura genera alcohol al fermentar algunos de los azúcares resultantes de la maceración de la cebada o el trigo malteados. Maltear significa dejar germinar los granos de cereal – sobre todo cebada – para luego tostarlos. Con esto se consigue generar azúcares más simples que el almidón y , por tanto, más utilizables por la levadura. De la misma forma los diferentes grados de tueste generan los diferentes colores que presenta nuestra querida birra.
Al no ser fácil encontrar malta de calidad en el nuevo mundo, los colonos empezaron a utilizar otras fuentes de azúcares fermentables. Una de las opciones fue la calabaza, que presenta una fuente de azúcar natural.
Actualmente solo parte de la malta se sustituye por calabaza, que es asada con adición de azúcar, como si se confitara. Sin embargo, originalmente toda la malta era sustituida completamente por la pulpa de la calabaza. Existen evidencias de que también utilizaban especias como canela, clavo o jengibre para condimentarlas, especias que ya eran usadas en la época colonial para la fabricación de otras bebidas alcohólicas y en la repostería.
La primera cerveza Pumpkin Ale elaborada comercialmente vino de Buffalo Bill’s Brewery en California, en la década de 1980, la receta se basa en estudios de elaboración de cerveza realizados por George Washington.
George Washington, además de uno de los padres fundadores de EEUU, fue un apasionado amante de la cerveza. Entre sus diarios de guerra se encuentra una receta de cerveza, ideada para fabricar fácilmente y poder compartirla con sus tropas.
¿A qué sabe una Pumpkin Ale?
Aunque hay muchas versiones, por lo general las Pumpkin Ale son poco lupuladas, de carácter dulce y recuerdan a un pastel de calabaza – pumpkin pie – al añadirle las especias que lleva éste. Canela, nuez moscada, jengibre e incluso vainilla suelen aromatizarla. A partir de ahí hay versiones para todos los gustos.
También muy particular su bonito color anaranjado que le confiere, de forma natural, su ingrediente principal.
Ni Europa ni España son ajenas a esta moda que, aunque comercial, no deja de ser muy divertida. Muchos productores se animan con una cerveza de temporada que acompañe a los disfraces y el truco o trato de esa noche víspera del Día de todos los santos.
Desde Yria presentamos The Pumpking, el rey calabaza, algo menos dulce de lo habitual, para hacerla más bebible. Siete grados de alcohol, canela, jengibre y nuez moscada para redondear esta pequeña experiencia cervecera. La fabricamos una sola vez al año, en la fábrica de nuestro amigo Reptilian. La calabaza es de un huerto ecológico cerca del Vendrell (Tarragona) y es asada en el mismo horno que por la mañana ha cocido el pan en un establecimiento tradicional del pueblo. ¡Qué bien huele cuando se asan hasta treinta kilos de calabaza por cada lote!!…
Os animamos a probar Pumpkin ale, si tenéis oportunidad, en vuestro lugar de confianza más cercano.
