José Méndez
Head Bartender El Patio de Mi Casa. Tenerife
El bar es el mejor lugar para narrar historias ya que no sabe de límites, de idiomas ni lenguaje o diferencias políticas y/o culturales; el bar crea recuerdos efímeros que perduran de manera extraña como una experiencia sensorial. Pero no todo va ser trabajar.
Al fin llega nuestro día de descanso, el reposo del guerrero, en un lugar maravilloso donde solo se oye el viento y a los pintos cantar, huele a romero y tagetes, es el lugar especial para estar recargando baterías y vitaminando el cuerpo con los rayos de sol que pasan a través del padre de todos los icodenses, nuestro drago milenario y con la joyita que me acompaña últimamente a todos lados, el libro de Diego Cabrera, Guru.
Llega mi momento preferido del día, el aperitivo, nada mejor para dar paso a una buena comida en familia que un buen coctel. Lejos de acercarse al maravilloso Dry Martini o al Negroni por el que siento una especial debilidad decidimos atrevernos con un concepto diferente.
Abrimos una botella de vodka con un sutil sabor a canela y láminas de oro, era el más oportuno en esta ocasión, lo acompañamos con medio centilitro de sirope de Yuzu de 1883 y Lillet blanco. Terminamos la ecuación con una esfera de hielo con un pequeño dash de blue Curacao de Bols y una infusión de botón de Sichuan o también conocida como flor eléctrica. Con su extraño efecto estimula la salivación con lo que será una buena combinación para este aperitivo.
El resultado es cuánto menos sorprendente. Encontramos una copa que va cambiando y evolucionando.
De garnish el justo para la ocasión, una hoja preservada de arce rojo.
Espero os guste y la podáis disfrutar tanto al menos como yo, y que estimule vuestro ingenio así como cuando el cliente se acerca a la barra y no te dice que la copa este buena. Te dice que eres un artista.
Vendemos experiencias. Momentos maravillosos y recuerdos que perduren. Esta se la dedico a todos los compañeros, es un orgullo decir que somos camareros.
Hasta luego mi niño