En el actual momento de recuperación de la hostelería en España, es el consumo diurno el que puede sacar pecho en realidad. La noche ya no es lo que era y en apenas una década un 30% de discotecas y pubs echaron el cierre. En 2017 el consumo nocturno cerró en plano, no descendió pero tampoco da síntomas de volver a ser lo que fue. Así pues, salimos con el sol en lo alto, consumimos por el día, hasta un 4% más. No hemos perdido nuestro ADN social pero estamos evolucionando.
¿Y bebemos diferente? Cuando salimos de noche parece que sí. Los españoles tomamos menos copas, con una caída del 4%. Pero también caen los refrescos, hasta un 5%, su habitual mixer. En cambio, tomamos más cerveza, que es cerca de la mitad del consumo nocturno. Y la gran revelación es sin duda el agua, que aunque apenas representa el 7% de lo que consumimos por la noche, creció el año pasado nada menos que un 10%.
En volumen. Fuente: Panel de Hostelería Nielsen.
Durante el día, prácticamente el 70% de lo que consumimos es cerveza o refrescos, y apenas un 3% corresponde a los espirituosos. Por tanto, el empujón que supone el consumo diurno a la hostelería apenas se ve reflejado en las alcohólicas de alta graduación.
Así pues, los spirits tienen el reto de hacerse de nuevo un hueco en la hostelería y ganar cuota de “estómago”, especialmente frente a la cerveza que se ha convertido en su habitual reemplazo. Esto va a necesitar el impulso de varias categorías, ya que de momento sólo crecen las ginebras, aupadas por el fenómeno gin tonic, que se mantiene, y los licores, pues volvemos a ese licorcito después de las comidas. Whisky, ron o vodka tienen pendiente emprender el camino de la recuperación.
No queda otra que adaptarse a los cambios del consumidor y a sus tendencias de consumo. Para la industria de spirits es vital encontrar de nuevo su espacio e identificar y aprovechar nuevos momentos de consumo, como el afterwork o los juernes. También es vital encontrar nuevos consumidores, como han conseguido las ginebras rosas o licores tipo Jagger.
Para revivir ya no valen las fórmulas de siempre, hay que explorar nuevas recetas.